Anteriormente, la única forma efectiva para eliminar manchas en los tejidos era usando jabón tradicional, cuyos componentes atrapan la suciedad y crean una envoltura que evita que se vuelva a adherir a los textiles. Sin embargo, los jabones no son efectivos para la limpieza en agua dura, que contiene metales pesados, como hierro y calcio, que impide que las moléculas del jabón ejerzan su acción limpiadora; como solución a esto, surgieron los detergentes, con sales solubles en agua y que pueden actuar en cualquier tipo de tejido y pintura.

   

Hoy en día podemos encontrar una gran variedad de detergentes comerciales cuya acción varía dependiendo de sus componentes y la misión de cada uno, por lo que satisfacen las diferentes necesidades de limpieza de acuerdo al tipo de tejidos y de manchas, con gran eficiencia y a un costo asequible.

Enzimas en detergentes, ¿Para qué?

Con el fin de mejorar sus cualidades, los detergentes comerciales cuentan con ingredientes como la enzima proteasa, que acelera la degradación de las proteínas como sangre y huevo, entre otras. Muchas proteasas son derivadas de cepas bacterianas de Bacillus sp modificadas por la ingeniería para incrementar su capacidad, por lo que son muy estables ante pH alcalinos, temperaturas variables, largos periodos de almacenamiento y la presencia de blanqueadores, que de otro modo podrían afectar su acción.

La acción de la enzima proteasa modifica químicamente las manchas mediante hidrólisis y oxidación, lo que tiene como resultado la decoloración y disolución de las manchas. Por otro lado, las enzimas generan menos reacciones secundarias que otros procesos químicos y son menos dañinas con el medio ambiente ya que son biodegradables.

Las enzimas tienen una estructura tridimensional, lo que facilita que sean inactivadas después de su uso, por lo que utilizarlas como aditivo en los detergentes ha contribuido en el desarrollo y mejora de estos productos, tanto a nivel doméstico, como comercial.

Las proteasas fueron las primeras enzimas utilizadas como aditivos en detergentes, y actualmente siguen representando casi el 60% del mercado industrial en el mundo. Además de ser utilizadas en la fabricación de detergentes, la enzima proteasa es un aditivo frecuente en productos farmacéuticos, biomédicos, de higiene personal, textiles como el cuero y en la industria alimentaria para elaborar bebidas y productos derivados de la leche.

Ya que la elaboración de enzimas no depende del petróleo, su costo es más bajo, sin embargo sus beneficios radican en su efectividad y en ventajas como:

  • El uso de temperaturas de limpieza más bajo
  • El incremento en la eficacia en los detergentes
  • Menor uso de agua y químicos como blanqueadores para eliminar manchas
  • Ahorro energético al requerirse tiempos de lavado más cortos
  • Rejuvenecimiento de los textiles
  • Mínimo daño al medio ambiente

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